El proyecto busca recrear las atmósferas que hoy se dan de forma espontánea y que generan una identidad propia a quienes pasan sus días de vacaciones en este lugar particular de la costa de Rocha. El edificio se implanta próximo a la ruta, contundente en su materialidad pétrea pero sin pretender adquirir un valor objetual más allá de su presencia. Se presenta para ser tomado por sus ocupantes, se acopla al paisaje e intenta subordinarse a las distintas posibilidades de uso. El lugar invita al recogimiento, al descanso, el inicio de un recorrido de aventura o al último disfrute. Busca posicionarse como un “componente de divulgación, de educación ambiental, de energías renovables y de diversidad cultural”.